Entre cantos y alabanzas, los fieles celebraron a la Cruz de Mayo, jornada de fe y devoción hacia una tradición ancestral, que sobrevive y tiene raíz en las familias del pueblo tribal afrodescendiente del Valle de Azapa.
En procesión, la fiesta religiosa se dirigió hasta los faldeos del cerro para colocar la cruz en lo más alto, esta es una tradición espiritual en torno a la cual se reúnen las familias afrodescendientes y que también es parte del patrimonio material e inmaterial de las y los afrochilenos.
Legado Afrodescendiente
Para Ana Corpacho Bravo, con más de 80 años, criada en el valle, cuenta que la fiesta de la Cruz de Mayo, no es solo venerar, cantar, festejar la subida y bajada de la cruz para las familias, esto va más allá de un culto religioso, se trata de una herencia cultural, de la que se siente muy orgullosa.
Nos contó que, “la fiesta se celebraba en los mismos cerros, ahí se comía, se llevaba la verdura, se llevaba toda clase de cosas para plantar en la tierra, era la creencia de la gente para que le fuera bien en las cosechas” precisó Corpacho.
Picante o mondongo
Como ya es tradición, las celebración de la Cruz de Mayo, no solo es de fe y devoción, también es compartir un buen plato de picante o mondongo, así todos sentados alrededor de una mesa se sirven y se deleitan del sabroso plato.
“Esto es parte de las cosas ricas de Arica, estar celebrando y compartiendo un plato de comida en la noche, en medio del valle, una celebración íntima como la Cruz de Mayo a un espacio bien familiar, pero que se abre al vecino, al amigo, así que muy contento celebrando por tercer año como alcalde, compartiendo con la historia viva de Arica”, expresó Gerardo Espíndola Rojas, alcalde de Arica.
Cruces de mayo
El origen de la Cruz de Mayo se remonta a la conquista española. Como los misioneros desconocían la lengua de los nativos, carecían de imágenes y no tenían suficientes predicadores, hicieron uso de la cruz y elementos locales para difundir el mensaje cristiano.
La cruz era de fácil construcción y se ubicaba en un sitio visible para la comunidad a evangelizar: cerros, intersecciones de caminos u otros espacios concurridos. Allí se administraban los oficios religiosos.
Es por ello que, el municipio seguirá avanzando en el rescate de tradiciones en los Valles, de manera integral, con respeto y cuidado a las tradiciones y herencia.