Felipa Condori recuerda con claridad su niñez en General Lagos. Ahí pasaba los días acompañando a sus padres en las labores del campo y mirando hipnotizada, como su mamá trabajaba la fibra de alpaca. De ella aprendió el hilado y el tejido, ya que sus progenitores confeccionaban la ropa de ella y sus hermanos con esta noble materia prima.
Como un juego, empezó a manejarse con los palillos y telares. Haciendo pequeñas prendas, aprendió el oficio de artesana. “Mis padres también se vestían con prendas de lana de alpaca, entonces aprendí cómo hacían las mantas, las polleras con telares de cuatro y dos pedales”, dijo.
Los años pasaron y Felipa se dedica hoy al comercio de sus textiles, los que oferta a través de redes sociales. “Toda mi vida me he dedicado a eso, nunca he trabajado fuera de la casa, siempre con mis hijos cerca. Es bonito ser artesana y trabajar con los hijos, verlos crecer y además aportar para la casa”.
La artesana es una de las participantes de la Muestra Andina, evento que organiza la Seremi de la Cultura, las Artes y el Patrimonio junto a la Corporación Nacional de Desarrollo indígena (Conadi). Durante cuatro días y hasta este domingo, mediante transmisiones por el Facebook Live de MTM Producciones se compartirán las principales riquezas andinas de Arica y Parinacota, centradas especialmente en la artesanía, la gastronomía y la música.
“Gracias a este tipo de actividades como la Muestra Andina, podemos conocer historias de vida y tradiciones de los pueblos andinos, como su artesanía, danzas y gastronomía. ES importante que conozcamos, perpetuemos y difundamos nuestro patrimonio cultural inmaterial, un verdadero tesoro en el extremo norte de Chile”, indicó Hernán Zamora Salinas, Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Por su parte, Rosa Vilca, oriunda de Saxamar, es otra de las participantes que se sumará a las jornadas de la Muestra Andina. Mostrará la elaboración de las tantawawas, conocidos también como panes de Todos los Santos. “Mi mamá sabía hacer estos pancitos que se comen mucho en el interior. Pueden ser dulces o salados y teniendo la harina de maíz como ingrediente principal. Se comen en el Día de los Difuntos en honor a los que ya partieron del plano terrenal”, cuenta.
Esta preparación, que es parte del patrimonio gastronómico de la región, será exhibida también en las transmisiones. Rosa menciona que los panes se ponen en una mesita, formando una escalera, “pues dicen que por ahí suben las almas”. También con esta masa se hacen instrumentos como zampoñas, guitarras y los animalitos de preferencia de los difuntos.
“Es importante preservar la gastronomía para que no se pierdan las costumbres de nuestros ancestros y que pueden seguir nuestros hijos y nietos. Es un legado que permite que no se nos olvide”, acotó.